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¿Cómo una sustancia tan pequeña, puede influir tanto en nuestro estado de ánimo, en nuestro cuerpo? La serotonina es una hormona, pero a veces también, realiza funciones como neurotransmisor en el cerebro, ¿curioso, no?
¿Sabías que el 95 % de la serotonina que produce nuestro cuerpo, está en el intestino? Hay más serotonina en nuestro intestino, ¡qué en nuestro cerebro! Me sigue sorprendiendo mucho, cómo algo tan pequeño, puede influir en un ente tan grande, como es nuestro cuerpo.
El nombre que la serotonina tiene en el mundo científico es 5-HT (5 hifroxitriptamina), en nuestro cuerpo se fabrica, a partir de un aminoácido esencial – el triptófano. La serotonina se produce tanto en el intestino (se estima que un 95% de ella), como en el cerebro, también lo podemos encontrar en las plaquetas y en el sistema nervioso central. Se sabe que la concentración de serotonina en el cerebro es directamente proporcional a la concentración de triptófano en plasma.
Otro dato curioso, es que los hombres generan un 50% más de serotonina que las mujeres, por lo que para nuestra desgracia, las subidas o bajadas de esta sustancia, ¡¡las notaremos muyyyy bien!! ¡¡y esto tenía que tenerlo en cuenta, MÁS DE UNO!!
Además el estrés, los cambios hormonales, dietas pobres en triptófano, diabetes… alteran la producción de serotonina.
Con la vida tan estresante que llevamos, raro es quién no tiene depresión o tiene alguien conocido, que la tiene, ¿es tú caso? Pues parece ser que la serotonina puede estar implicada en esto, hay estudios que avalan la relación de depresión con niveles bajos de serotonina y de hecho las terapias con medicamentos de síntesis, los antidepresivos, se basan en aumentar los niveles de serotonina en el espacio interneuronal, evitando que la serotonina se reabsorba y de esta manera se aumenta, el nivel de ella, en el cerebro.
Se asocia la serotonina a la felicidad, cambios de humor, ansiedad, depresión, se sabe que la sobredosis de algunos medicamentos y las drogas tipo éxtasis, anfetaminas… , liberan una gran cantidad de serotonina, de aquí el estado de felicidad y euforia (momentáneos), que llegas a tener tras consumirlas, es el síndrome serotoninérgico. Pero luego vienen los efectos secundarios pupilas dilatadas, nerviosismo, frecuencia cardíaca alta, sudoración, mala coordinación…
Además las personas que abusan de las drogas, llegan a agotar la serotonina en el cerebro; ¡esto es un problema, pues la serotonina, NO puede cruzar la barrera hematoencefálica! por lo que cualquier serotonina que use el cerebro, la tiene que producir él mismo. ¿Y qué pasa si hemos agotado nuestra serotonina allí? Pues comienzan los problemas como los niveles bajos de serotonina, se asocia a depresión, esquizofrenia, insomnio, estrés, agresividad, hiperacitividad… ¿alguien da más?
– influye en nuestra felicidad y nuestra tristeza, en nuestro estado de ánimo, como hemos visto, parece ser que se debe a la mayor o menor cantidad de serotonina disponible en nuestro cerebro.
– disminuye los niveles de agresividad, las conductas impulsivas y el deseo, cuando está en la concentración adecuada, por ello está muy vinculada a la ansiedad, al estrés, la hiperactividad…¡¡todo estados muy agradables, como puedes ver!!
– regula el ciclo del sueño, la serotonina marca el ritmo circadiano, o sea nuestro reloj biológico. Cuando hay mucha luz (es el momento de mayor cantidad de serotonina), estamos muy despiertos, pero cuando llega la noche, nuestros ojos dan la señal a nuestra glándula pineal, de transformar la serotonina en otra hormona, llamada melatonina, que es la artífice, de nuestro sueño y descanso.
– a nivel intestinal, parece ser que los niveles demasiado altos de serotonina producen diarrea, mientras que cuando hay demasiado poco, producen estreñimiento.
– influye sobre la sensación de hambre, tiene una función anorexígena
– regula la temperatura corporal
– interviene en el deseo sexual, niveles altos de serotonina se unen a estados de falta de libido, o por el contrario, niveles muy bajitos, se asocian a conductas de gran demanda de sexo
– la serotonina hace que estemos enamorados
– ayuda a la formación de coágulos de sangre.
– consumir alimentos ricos en triptófano como son la carne de pollo y pavo, los huevos, las nueces, los lácteos, las frutas y verduras como el plátano, piña, aguacate, zanahoria, espinacas, brócoli, chocolate NEGRO, semillas de calabaza, sésamo, levadura de cerveza, la alga espirulina, las legumbres. El triptófano es un aminoácido esencial, por lo tanto lo debemos de introducir a través de la comida, con un requerimiento estimado de 7mg/kg/día.
– tomar suplementos con triptófano de calidad o que contengan 5HTP (5 hidroxitriptófano), como hemos dicho a partir de este aminoácido, nuestro organismo lo transforma en serotonina.
– haz inspiraciones profundas con aceites esenciales, ya que estos funciona por sus moléculas aromáticas y entran en contacto con el sentido del olfato, esto da una respuesta de emociones, desencadenando la liberación de neurotransmisores como es la serotonina, dopamina. Te recomiendo poner un par de gotas de aceite esencial de ylang- ylang, de palo de ho , neroli o azahar en las muñecas y hacer inspiraciones profundas
– date un baño relajarte con aceites esenciales, o un masaje. Te recomiendo el aceite esencial de lavanda y el de mandarina, hierbaluisa, yuzu entre otros, estimulan la producción de serotonina.
– toma el sol durante 20 minutos, la luz hace que aumente la producción de serotonina en el cerebro
– hacer ejercicio libera endorfinas y serotonina, por ello después de hacer deporte uno se siente tan feliz, ¡¡ponte en marcha!!
– aumenta la dosis de vitamina B12, B6 B3, estos mejoran el metabolismo del triptófano
– suplementos con magnesio de calidad, en estados donde hay estrés, ansiedad o depresión, pues hay un sobreconsumo de estas sustancias por parte de nuestro cuerpo. Además se ha visto que interviene en el metabolismo del triptófano, favoreciendo su conversión a serotonina
– la raíz de rodiola, mejora el transporte de los precursores de la serotonina, o sea el triptofano y el 5- hidroxitriptófano en el cerebro, esta mejora los casos de depresión, fatiga y ansiedad.
– toma vitamina C
– y por último, evita el consumo de azúcares y harinas refinadas, éstas alteran nuestra microbiota intestinal, pues este tipo de alimentos favorecen la proliferación de bacterias anaerobias (bacterias patógenas), sobre las demás. Todo esto genera una mala absorción del triptofano, por lo que la transformación a serotonina, no se hará en las cantidades adecuadas, ¡esto es el cuento de nunca acabar!
¿Ves la importancia de esta minúscula sustancia? ¡Para qué luego digan que las cosas pequeñas, no perturban a las grandes! Y cómo cambiando hábitos de vida, podemos mejorar el funcionamiento de nuestro organismo! ¡Por eso hay que piensa en verde!
Referencias bibliográficas:
medlineplus
fito terapia.net
apuntes del curso IFAF de nutrición celular activa
mi biblia de los aceites esenciales Daniele Fessty
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Categorie: Vida sana
Hola a todos, se va acercando la época de exámenes y sois muchos los padres que os acercáis a la farmacia, a por “algo” para aumentar la concentración y la memoria, “¡pero natural, de plantas medicinales!”. Y la verdad es que por aquí por el sur de España, con estos calores y después de haberlo “dado todo” durante el curso, ¡parece como que las neuronas, no quieran trabajar, vaya tela!. La verdad es que veo a mis hijos totalmente exhaustos y me miro a mí, que durante todo el año, no he parado de seguir formándome, ¡y ya no me cabe ni una idea más en la cabeza! Uffffff
Bueno pues y hoy vamos a hablar de cómo aumentar el rendimiento intelectual, tanto a nivel memoria, como a nivel de concentración.
Sabemos que el rendimiento intelectual es la capacidad que tenemos las personas para aprender, memorizar y ejercitar la mente; de todo esto se encarga el cerebro. Para aprender y memorizar, el cerebro emplea una serie de sustancias que se llaman neurotransmisores. Y los más importantes son la noradrenalina, la noradrenalina, la acetilcolina y la serotonina.
Además también intervienen en estos procesos de memoria y aprendizaje sustancias tan importantes como el magnesio y las vitaminas del grupo B, ¡un déficit de éstas puede tener consecuencias negativas a la hora de poder concentrarse y aprender! Yo siempre insisto que son fundamentales no sólo para esto, sino también en personas con depresión.
Habría que preguntarse ¿por qué en un momento dado de nuestra vida, nos cuesta más trabajo memorizar o concentrarnos? La verdad es que yo recuerdo cuando estaba en la facultad ¡que era capaz de memorizar sin problema libros enteros y ahora para estudiar 5 folios, me las veo y me las deseo! Pues deciros que para nuestra desgracia esto es normal, se ha visto que a partir de los 50 años una de cada dos personas tendrá un deterioro cognitivo leve, que conforme se va cumpliendo años, esto se va agravando.
Pero supongamos que estamos normales, hay determinadas patologías que pueden hacer que tengamos disminuido el rendimiento intelectual y la memoria, como pueden ser:
Aquí os recomiendo:
– los adaptógenos, ¡¡me encantan, sirven para “casi” todo!! La Rodiola, el Ginseng, el Eleuterococo, la Maca, el Grosellero negro … van a hacer que nuestro cuerpo aumente su resistencia tanto física, como mental frente a situaciones que nos pueden resultar estresantes como puede ser un examen, una enfermedad, un trabajo. Estas plantas restablecen el equilibrio de nuestro organismo, cuando está estresado y lo más gracioso del tema es que sólo actúan cuando en el organismo hay un desequilibrio real.
– el Ginkgo biloba, se sabe que la hoja de Ginkgo aumenta la hipoxia en el cerebro (llegando más oxígeno allí), por tanto va a mejorar el flujo sanguíneo cerebral y la microcirculación. Todo estos se traduce en una mejora en la memoria y un aumento en la capacidad de aprender. También se ha visto que tiene una potente función antioxidante, lo que va a proteger a nuestras neuronas.
– aceite esencial de laurel Laurus nobilis aumenta la concentración. Solo pon unas 2-3 gotas en el interior de las muñecas y realiza inhalaciones profundas (esto se eres asmático, no lo puedes hacer). El aceite esencial de laurel tiene una acción neurotónica, es decir tonifica las facultades mentales, estimula el cerebro y es psicoactivo, por todo esto se usa para potenciar la memoria y el aprendizaje.
– el olivo favorece la circulación cerebral, búscalo en extracto y si es de yemas ¡mejor!
– fosfatidilserina es un componente esencial de las membranas celulares, se sabe que la fosfatidilserina tiene un papel fundamental para mantener la memoria clara. Ya que a medida que vamos cumpliendo años, suele estar disminuida su concentración en casos de depresión.
– ácidos grasos omega 3-6-9 son grasas insaturadas algunos de ellos son esenciales, pues nosotros mismos no las podemos producir, desempeñan un papel importante en la estructura grasa de las membranas, especialmente en la mielina del sistema nervioso.
– magnesio interviene en muchas de las reacciones que se dan en el cerebro, las sinapsis, unas terminaciones nerviosas que van a favorecer el paso de la información por los neurotransmisores (dopamina, noradrenalina… ), y están implicados en la atención, la concentración y la memorización. El magnesio, asociado con otros aminoácidos y vitaminas del grupo B, es fundamental para la formación de los neurotransmisores.
– vitaminas del grupo B ¡es un grupo de vitaminas! las cuales sobre el sistema nervioso lo mantiene “a punto”, estimula nuestra salud mental, fortalece nuestro sistema inmunológico, ayudan también a formar glóbulos rojos, a obtener energía, cuida de nuestro corazón y arterias. Se ha visto que personas con deterioro cognitivo, depresión, tienen niveles de estas vitaminas muy bajitos.
Bueno creo que se a alguien le falla la memoria, ¡no es por falta de información sobre cómo evitar con plantas medicinales y vitaminas que se deteriore!
Piensa en verde, ¡¡pero PIENSA de verdad!! Hasta el próximo día.
Referencias:
Essa, M.M., Vijayan, R.K., Castellano-González, G., Memon, M.A., Braidy, N., Guillemin, G.J. (2012) Neuroprotective effect of natural products against Alzheimer’s disease. Neurochem. Res., 37: 1829-1842.
http://www.ema.europa.eu/docs/en_GB/document_library/Scientific_guideline/2009/09/WC500003647.pdf
mi biblia de los aceites esenciales Daniele Fessty
Mason JB. Vitamins, trace minerals, and other micronutrients. In: Goldman L, Schafer AI, eds. Goldman’s Cecil Medicine. 24th ed. Philadelphia, PA: Elsevier Saunders; 2011:chap 225.
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